Por. Luis Zambrano
El régimen castro-chavista ha gastado millones de dólares en la adquisición de medios tradicionales, de alta circulación en Venezuela para tratar de imponer su verdad, a través de publicidad e información engañosas de sus torcidas políticas económicas, del falso combate a la delincuencia y un asedio constante a la oposición, en un ejercicio diabólico que fue perdiendo terreno frente al poder de las Redes Sociales, un arma eficiente en manos de los venezolanos.
Esos medios tradicionales como Ultimas Noticias, El Universal y Globovisión, tuvieron hasta hace poco alta circulación y audiencia envidiable por sus políticas editoriales más o menos equilibradas y un manejo aceptable en la objetividad de la noticia. El gobierno creyó que con ese apoyo mediático terminaría de convencer a los venezolanos sobre las bondades celestiales y afrodisiacas del socialismo del siglo XXI, pero se estrellaron y perdieron los reales.
El sistema de Medios Públicos tiene una política sordomuda. Además sus anclas o comunicadores estrellas han perdido credibilidad, pues una cosa hacen en privado y otra lo que pregonan al público. Su apego al proceso es más por dinero que por convicción. El poder les ha permitido ciertas desviaciones y al tener “rabo de paja” terminan arrodillándose al amo. El famoso presentador de La Hojilla lo denunció en su momento.
La avasallante información y publicidad desplegadas para justificar el supuesto “terrorismo” del preso Leopoldo López, para darle 13 años de prisión, se les fue a la poceta con la delación que hizo ante el gobierno de USA el fiscal que montó el expediente, Franklin Nieves. La otra actitud es el silencio ante hechos tan evidentes como el caso de Los Narco Sobrinos. Ya no le ladran al Imperio, solo le maúllan pensando en la cadena perpetua que les espera. Frente un gobierno de catadura fascista, se impone el Imperio de la verdad expresada minuto a minuto a través de fotos, videos y sonidos en las redes sociales.
La noche del pasado miércoles 25 comenzó con el asesinato alevoso y artero en Altagracia de Orituco, Guárico, de Luis Díaz, Secretario General del partido AD en esa localidad. Al minuto, las Redes Sociales informaban de los hechos con detalles. Los días anteriores hubo una violencia inusitada donde las bandas armadas oficialistas no les importó que les grabaran sus fechorías contra concentraciones políticas de la oposición en varios estados del país. Aquí entra el elemento perverso de la impunidad, despachada con la irresponsable frase: Eso es mentira.
Es decir, ya se ve normal que sujetos armados le caigan a tiros a un grupo político que reparte propaganda en un barrio. Afortunadamente, los venezolanos tenemos un manejo óptimo del Twitter, WhatsApp y el Facebook. No interesa el Sistema de Medios Públicos por no entretener ni educar. Solo desinforman y siembran odio. Durante un recorrido por el Oeste de Caracas, Catia, para contrastar la propaganda oficial con la realidad en torno a la escasez, el gobierno no sale bien parado.
Maldiciones van y vienen. Negocios de víveres cerrados por falta de productos. Me llamó la atención una mujer con una carretilla vociferando “sopeate, sopeate”. Vendía sopa, contenida en una olla. Se paró a un lado y le ordenó a su hija de 13 años. “Mándale un guasape a los panas”. ¿Qué les digo? -Sopéate, sopéate aquí en la plaza Pérez Bonalde-
Se nota la desesperación de Nicolás en los actos de campaña de los candidatos a diputados. Ninguno habla. El show es pararse al lado del bigotudo, quien regala carros, lavadoras, entrega llaves de apartamentos, otorga pensiones, regala bolsas de comida. Luego engola la voz: “Los candidatos de la revolución son los mejores y las mejores”.
Luis Zambrano. Periodista. Miembro de Expresión Libre.